Dexter Morgan trabaja como analista de sangre en la policía de Miami
Hace un par de meses, por recomendación de un amigo, comencé a ver Dexter. A decir verdad, comencé a verla sin poner muchas esperanzas en ella. «Una serie más de policías», pensaba yo. Pero me equivocaba. El guión de la serie está basado en las novelas de Jeff Lindsay, quien publicó en el año 2004 «Dexter: El oscuro pasajero». Hoy existen ya seis novelas, la última publicada en el año 2011. Dexter Morgan es un analista de sangre que trabaja para homicidios de la policía de Miami. Pero como ya he dicho, esto no es CSI: Miami. Dexter Morgan, además de ayudar a capturar a los asesinos en serie gracias a sus análisis de sangre de las escenes de los crímenes, ayuda a capturarlos de otra manera más peculiar. Les sigue la pista, se asegura de que son asesinos, los descuartiza y los tira al mar. Sí, Dexter es un asesino en serie.
Dexter se autodefine como un monstruo sin sentimientos. Sus víctimas siempre son otros asesinos, algo que aprendió gracias al código de su difunto padre Harry. Esta moral es un poco confusa: ¿es un héroe o un villano?. Lo cierto es que según avanza la serie, el personaje protagonizado por Michael C. Hall logra empatizar con los espectadores. A falta de una octava y última temporada, la cual se estrenará en junio de este año, la serie ha logrado gran popularidad y su actor principal ha recibido varios premios por su interpretación (incluyendo un Globo de Oro). Pero no es el único que ha visto reconocido su trabajo en la serie.
John Lithgow en el papel de Trinity
En la cuarta temporada el actor John Lithgow borda la perfección en su papel de Trinity, un asesino en serie que levantará más de un dolor de cabeza a Dexter Morgan. Gracias a su interpretación recibió en el año 2010 un Globo de Oro. Aunque no pueda juzgar la serie al completo, ya que aún no he visto todas las temporadas, me aventuraría a decir que la cuarta es una de las mejores. Y sin duda, la culpa de esto la tiene John Lithgow. Si aún no habéis visto ningún capítulo, ¿a qué esperáis?.
El Cinefilómano del Ártico 